Feb 16, 2023

Me vine a la plaza

Me vine a la plaza.

Mientras Cruz explora, yo miro alrededor. Huelo los árboles, vibro con los pajaritos y cotorras, me muevo con el viento. Juego a las escondidas con esa bola peluda blanca que se me pierde entre los árboles y de repente inicia una estampida en mi dirección. Recorre media plaza en segundos, frena, mira, camina. Moviendo la cola en todo momento. No conoce otra cosa que ser feliz cuando está afuera. Y cuánto (le) hace falta. Me inspira, a dejarme ser un poco más. Me tiro de panza sobre la lona y al instante me cae una ramita sobre la mano que sostiene el cuaderno. Exactamente sobre mi kundalini. O mejor dicho, sobre mi recordatorio de ella.

Sopla el viento y llueven más proyectiles, esta vez de punta al piso y con violencia. Suficiente como para disparar arena en todas direcciones al momento del impacto.

Lo siento subtitulado como un "a lo que viniste...".

Y es que vine porque necesitaba escribir un poco, y en casa lo siento difícil. Me falta la privacidad, pero esa privacidad libre de paredes. Esa en la que podes sentarte en el medio de un parque en el que pasa gente, autos cerca y cantan pájaros sin parar y, aun así, podes estar sola, dejando fluir los pensamientos.

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