
El olor de la cera depiladora. Los niños. Los guantes sin dedos. Los hombres que se cruzan de piernas como mujeres. Los teléfonos inalámbricos. Los pájaros enjaulados que cantan. Las galletas con crema que no se pueden separar. Los hombres que fuman caminando. Las mujeres que fuman sentadas. Las cabritas con mantequilla en los cines. El agua de la llave. Los artefactos blancos en el baño. Los lápices pasta de color azul. El frío con el viento. Los jeans. El sol sin viento. Las mujeres en grupo. Las mujeres que se ríen en grupo, las mujeres en general.
Lullaby odia la palabra amar. De vez en cuando junta las cosas que odia decir que ama, las rearma y las escribe sólo para acordarse de cuánto podría obsesionarse con ellas y decir cuáles son.
El olor a limón. El limón con sal. Los plátanos verdes. El sonido de las teclas del teléfono al marcar. Los ventanales sin cortinas. Los hombres que no parecen saber pero saben. La ropa que nadie más tiene. El sol cuando entibia. Las sábanas sin estampados. Los ceniceros de color negro. Las muñecas raras. Fumar con un café. Dejar que un gato te amase. Dejar que un hombre te quiera. Un libro de portada roja de un autor que empieza por P. El amor de un hombre con inicial M. Estirarse antes de acostarse. Dormir. Acostarse para no dormir. El sexo oral. Chupar dulces de frutilla. Y no mentir al sonreír.
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